Hoy Toca Ser Feliz
Para muchas personas, es difícil distinguir entre el propósito, el ser y el hacer, como si fueran conceptos tan opuestos como el cielo y el infierno. Por eso, me he animado a realizar un ejercicio mental que ofrezca una visión simple y práctica, con la intención de ayudarnos a encontrar pistas sobre nuestro propósito.
Partamos del hecho de que todos nacemos con un gran propósito en nuestras vidas. Si nacemos con él, eso implica que, desde el primer momento, podemos aplicarlo. Por lo tanto, no está condicionado por raza, condición económica, inclinación sexual, religión o éxito, ya que no hay forma de que un bebé lo sepa. Más aún, un bebé ni siquiera sabe hablar ni es consciente de su entorno.
¿Puedo monetizar mi propósito?
La respuesta es ¡un rotundo no! El propósito es independiente del “hacer”. No le interesa si eres abogado, ingeniero, influencer o emprendedor.
¿Soy mi propósito?
La respuesta es ¡un rotundo no! El ser es la suma de todo, incluyendo mis aciertos y errores, lo que muestro y lo que oculto, lo que los demás ven de mí y lo que realmente siento.
¿Qué es un propósito?
Es un regalo. Como ya mencionamos en la introducción, todos nacemos con uno. La pregunta correcta sería: ¿cómo identifico mi propósito? La respuesta es bastante simple: es aquello que surge de manera espontánea y natural, lo que contagia a quienes te rodean con esa vibra. Veamos un ejemplo: imaginemos que mi propósito es “ser feliz” (puedo aplicarlo en cualquier momento). Veo que “quienes me rodean están un poco más felices cuando yo estoy feliz”. Ahí está el secreto para descubrir nuestro propósito: es aquello que no cuesta y que, para bien o para mal, contagia a quienes nos rodean. Seguro que ellos lo notarán.
Esto nos lleva naturalmente a pensar: ¿qué pasa si no quiero hacerlo? Entonces, bienvenido a tu propio, exclusivo y particular infierno.
Así que los invito a quedarnos en el cielo, siendo felices y mejorando un poco las cosas para todos. No cuesta nada, es gratis, porque es un regalo, y podemos decidir cuándo aplicarlo. ¿Por qué no decidir ser felices ahora mismo?